Trece organizaciones por la defensa del derecho a la energía impulsan un manifiesto en el marco de la reforma del mercado eléctrico en la UE
Mientras el Parlamento Europeo está trabajando en la propuesta de la Comisión Europea sobre la revisión del mercado eléctrico, 13 organizaciones pedimos la prohibición europea de los cortes de energía en un manifiesto común.
Algunas cifras son alarmantes: en 2021, más de 35 millones de personas vivieron en situación de pobreza energética y 72 millones de personas estaban por debajo del umbral de la pobreza. ¿Cuántas personas no podrán pagar sus facturas de energía en los próximos meses y años y se quedarán sin energía?
Para muchas afectadas de los cortes de luz, ya no se trata de elegir entre comer o calentarse, sino directamente vivir sin energía: a oscuras, sin comidas, sin poder hacer los deberes de la escuela, sin nevera, sin posibilidad de cargar el teléfono u otros electrodomésticos. Estos cortes tienen consecuencias nefastas en la salud, el bienestar, la autoestima, la vida profesional y familiar y la educación de los infantes.
Muchas organizaciones en lucha contra la pobreza, por el clima, por los derechos de las personas consumidoras, así como sindicatos, piden a nivel nacional y europeo la prohibición de los cortes de suministro. La revisión del mercado eléctrico es una oportunidad única para demostrar que la UE está comprometida con la protección de las personas.
La energía es una necesidad básica, y debemos poner fin a los cortes. Y debemos hacerlo generando una herramienta clara y efectiva. La prohibición de los cortes debe ser expresa y vinculante, y que aplique para todos los hogares vulnerabilizados europeos. Además, debe incluir directrices claras sobre cómo definir esta vulnerabilidad, que no genere desigualdades entre Estados miembros y proteja de forma garantista a la totalidad de hogares afectados por pobreza energética.
El derecho a los servicios básicos está recogido en el Pilar Europeo de los Derechos Sociales. El derecho a la energía es una reivindicación histórica de movimientos sociales y ecologistas desde hace décadas, así como una propuesta en declaraciones como la de los Derechos Emergentes o de varios Síndics de Greuges en toda Europa. Es necesario que todo el mundo tenga garantizado el acceso a la energía, ya que es esencial para la vida, pero su mercantilización lo imposibilita, porque pone por delante los beneficios de unos pocos frente a las necesidades más básicas del conjunto de la población. Urge prohibir los cortes y blindar esta protección: que sea clara y se haga cumplir.
El manifiesto colaborativo es un grito de consenso en este sentido, donde, como Alianza contra la Pobreza Energética, hemos podido compartir la experiencia de 8 años de aplicación de la Ley 24/2015. Si lo hemos hecho en Catalunya, podemos hacerlo también en la UE. No sólo porque es el momento, sino porque nadie, en ninguna parte, merece menos.
Lee el manifiesto aquí.