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Carta de Vicky Carrillo, miembro de la APE, en la que nos explica cómo es vivir con deudas acumuladas de Naturgy y Endesa

«Pague o no pague, no tengo calefacción ni ventilador»

Somos una familia monomarental, mi hijo (de 20 años) y yo. Él tiene un 42% de discapacidad sensorial (auditiva) y física (casi no puede mover uno de los brazos), y yo un 65% de discapacidad sensorial (auditiva y visual) y física (fibromialgia y artrosis), que me impide trabajar. Soy víctima de violencia de género y mi situación se ve agravada además por encontrarnos ahora mismo en aviso de desahucio. Mi hijo y yo vivimos con una pensión mínima, y la calefacción la tenemos de adorno, porque no nos podemos permitir encenderla. Desde enero de 2019, cuando mi hijo encontró un trabajo, estoy pagando los suministros, eso sí, a duras penas. Desde que hice el cambio de contrato a mercado regulado (gracias a haberme informado, y no porque ninguna de las dos empresas con las que estoy me informaran de qué tipo de contrato se adecuaba más a mi situación) y me bajé la potencia y pedí el bono social, he conseguido bajar un poco el total de las facturas, pero tengo una deuda con Naturgy (Gas Natural Fenosa) y con Endesa de aproximadamente 1.000 euros con cada una de ellas,  que no puedo pagar de ninguna de las maneras. Las dos compañías de luz y gas tienen mi informe de vulnerabilidad acreditado por Servicios Sociales, pero no dejan de acosarme por teléfono y carta, exigiéndome el pago de la deuda.

Empieza el día y a las 8 de la mañana ya me están llamando. Recibo hasta 5 llamadas al día, y ahora ya ni siquiera contesto porque sé que me voy a poner mala, que me va a empezar la ansiedad. Después de varios meses así, les pedí la condonación de la deuda por escrito, y tardaron 1 año y medio en contestarme. Endesa me dijo que lo debía asumir Servicios Sociales, y Naturgy dijo que o Servicios Sociales o entidades del tercer sector, pero que había que pagar. Es decir, te hacen ir arriba y abajo para conseguir ayudas (dinero público, dinero de todas), cuando los ayuntamientos están hasta el cuello, y mientras tanto usan a los cobradores del frac para causar miedo. Naturgy incluso ha llamado al Ayuntamiento para que paguen mi deuda. Y yo les pregunto a Naturgy: ¿Qué es lo que ustedes van a aportar?, y me dicen que ellos se encargan de la “gestión”. ¿Qué gestión? ¿Mandar a las personas vulnerables a pedir ayuda como si fuera limosna mientras ellos ganan cientos de miles de millones al año?

Somos muchas personas las que ya no podemos más, las que creemos que no debe jugarse con la vida de la gente y que no debe hacerse negocio con las necesidades más básicas. La luz y el gas no paran de subir y si no pagamos es porque no podemos, no porque no queramos. Nos merecemos una segunda oportunidad. Con esta carta pública les pido a Naturgy y Endesa que asuman la #CondonaciónDeDeuda con sus propios beneficios. Que dejen de “gestionar” y empiecen por tener un mínimo de humanidad.